sábado, 18 de octubre de 2014

Clásicos: Los Prisioneros - La voz de los 80's

Como están nuevamente de moda, como son tema típico y porque todos estamos obsesionados con Narea (Alías Alescla), acá va la historia de mi encuentro con uno de los discos más importantes de la historia de la música chilena.

Para hablar de La voz de los 80's tengo que remontarme a mi infancia, cuando un "pendejo yo" encontró un casete viejo en las pertenencias de su padre, en la portada salían 3 lolos, la foto estaba en blanco y negro y estaba escrito el nombre de la banda en blanco sobre un rectángulo rojo maraco intenso. En el tracklist había una canción que se llamaba "Sexo" y me puse a reír como cualquier pendejo estúpido que aun no conoce una vagina y otra canción que pensaba que se llamaba "Panamá" antes de enterarme que no po, era Paramar.
¿Qué era esto? se preguntaba un niño que todavía no conocía nada del mundo. Mi viejo dijo "fue una banda chilena super importante en la dictadura". Y ahí quedó, no los escuché en ese momento.
En ese entonces yo le robaba a mi papá su personal stereo para escuchar radios de mierda y un casete de Digimon (si, es en serio y era terrible bueno porque era de la primera generación) cuando un día me atreví a poner el viejo casete de esos tales Prisioneros para ver que hueá eran.
Dicen que "la curiosidad mató al gato" en mi caso la curiosidad cambió mi vida.


Era de noche si no me equivoco y le puse play a la cosa. Siendo un pequeño aún, no retrocedí el casete con mi fiel lápiz pasta y por eso lo primero que escuché fue:

"Ya todas las divisas nos dan indiferencias
Renegamos de cualquier color
Se llame religión, se llame nacionalidad,
No queremos representatividad.
No necesitamos banderas..."

Lo recuerdo como si fuese ayer, me marcó para siempre y es que no podía creer lo que estaba escuchando, nunca en mi vida había escuchado algo así. Mi pequeña mente que estaba en pleno proceso de atrofiarse gracias al colegio y la televisión reventó con esos mensajes que aun no podía analizar a la perfección pero que dejaron huellas gigantes en mí.
¿Renegar de la nación? ¿Ir en contra del poder? Fue un golpe fuerte y necesario para un niño.
Luego vino "Mentalidad Televisiva" y oh mierda, me fui al carajo con esto:

"Búscate un macho recio que te haga sufrir
búscate un tipo a la moda y experto en mentir
tipos como yo son raros para ti
tu tienes la mentalidad de televisión
de tu generación"

Entonces el amor de los monitos animados y las películas de niños... ¿eran puras mentiras?
Luego llegó el final, que no sabía que lo era en ese momento y empezó a sonar una guitarra y un "Dime...tú te crees que protestas" y conchetumadre, era un pendejo idiota y me di cuenta con 2 canciones y media. Ese toque. Hasta que de repente y sin previo aviso mi enredo mental se fue a negro con un fuerte y tremendo

"Y SOLO ERES UNA MIERDA BUENA ONDA
Nunca quedas mal, quedas mal con nadie"

Mi cerebro había sido absolutamente golpeado, un eco lleno de rabia e inteligencia retumbó en mí. Cosas pasaron y pasaban afuera, el mundo tenía mayores problemas que un corte de luz repentino que no me dejara ver mis dibujos animados. El primer golpe de consciencia de mi vida.


Como se podrán imaginar después de esto me levanté rápidamente, tomé un lápiz y di vuelta el lado A para escuchar de principio a fin esto, era necesario, era un deber.
Apareció la canción que le da el nombre al disco retratando lo que sentía un joven de tal década, un acercamiento a lo que sentía esa juventud, que años más tarde descubriría que tales inquietudes siguen presentes, un poco transformadas, pero con el mismo fondo.

"En Roma, Lima y en Santander
La gente de tu edad no sabe que hacer
Santiago, asunción y también buenos aires
Bueno las cosas no están que arden
Sangre latina necesita el mundo
Roja furiosa y adolescente
Sangre latina necesita el planeta
Adiós barreras, adiós setentas"

Luego vino La Brigada de Negro y si mi memoria no me falla fue la canción que menos me gustó, no la entendí mejor dicho. No me di cuenta a mis cortos años de cosas como esta:

"Sábado en la noche... la gente estúpida sobra
sábado en la noche... quien pesca a una chiquilla
sábado en la noche... nadando en alcohol y tabaco
sábado en la noche... alegría de vivir ellos dicen"

A los 16 años me daría cuenta que eso perfectamente se podría decir de un carrete de mi generación. Más para mal que para bien.
Continuando con el casete vino repentinamente una canción que me hizo darme cuenta lo pequeño que somos como país, porque al final solo somos un pueblo al sur de Estados Unidos. Empezó el odio hacia esa bandera que nos gana en 49 estrellas, empezó mi auto engrupimiento político que vendría acompañado de la chanta caída de las torres gemelas y la cagá que dejaron en medio oriente por el petróleo. Más viejo me enteré del bloqueo económico y su operación cóndor. Solo odio para los culiaos. Ahora no los odio, solo miro, bajo la cabeza sonrío y pienso en como el dinero y la ambición por tener más nos destruye.

"Nadie en el resto del planeta toma en serio
A este inmenso pueblo lleno de tristeza
Se sonríen cuando ven que tienen veintitantas banderitas
Cada cual más orgullosa que su soberanía
¡que tontería! dividir es debilitar"

Eve-Evelyn nunca me gustó y nunca me va a gustar. La adelanté porque era fome y a la mierda llegó "Sexo". Nunca en mi vida había escuchado tanto esta palabra:

"sexo compro
sexo vendo
sexo arriendo
sexo ofrezco..."

¿Qué chucha era esto? ¿Comprar, vender, arrendar? Exploté, pero me pareció simpática igual, pese a que eso iba en contra de un niño católico que no sabía ni como era una teta.
Terminaba el lado A y lo daba vuelta ¿Quién mató a Marilyn" me introdujo los términos comunista, sandinista y extremista, además de dejarme marcado el nombre del Ratón Mickey. No tengo la explicación para eso.
Finalmente llegó "Paramar" o como dije antes "Panamá" (hueón po') y así llegó mi canción favorita de mis primeros años de vida, la única que me sabía bien, la única que cantaba de principio a fin. Mi canción regalona de la vida, que después aprendí a tocar en mi primera guitarra eléctrica y que antes tocaba con una escoba acompañado de mis vecinos que compartieron conmigo ese amor temprano por Los Prisioneros, sin entenderlos mucho, sin tomarles el peso a sus frases pero que sembraron esa semilla que me hizo pensar y observar mejor las cosas. Gracias eternas Jorge, Claudio y Miguel, sin saberlo cambiaron mi vida y quizás de cuantos otros niños que encontraron sus casetes.

"Para amar, para amar
Debes tratar de poco entregar
Para amar, para amar
Tu identidad debes falsear
Para amar, para amar
Siendo estúpido serás feliz
Para amar, para amar
Debes evitar soñar, debes olvidar soñar"


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¡Un balazo psicológico para todos!



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